"Todo aquel que lee, deja en el cajón de sus recuerdos, una anécdota más, para su existir"

Amigos docentes, estimados alumnos y compañeros lectores entusiastas de los Proyectos de Red Escolar, en este espacio encontrarán las actividades múltiples y las expresiones creativas que en conjunto, los alumnos del tercer grado grupo "F", han realizado.

Disfrútenlo.

Profr. Noé Rolando Ramírez Buenfil.







viernes, 23 de abril de 2010

"Un amor inesperado"



Dicen que el tiempo lo cura todo, que el destino de una persona se encuentra escrito en algún lugar del tiempo y del espacio, mucho antes nacer, y que es precisamente el tiempo quien lo hace valer tarde o temprano…


Valle Ermita, 16 de enero de 2003.

- Hoy es un gran día, tiene que serlo ya que estoy cansado de que el mal fortunio me persiga. Y es que no puede ser de otro modo, me veo rodeado por una maravillosa familia, amigos, compañeros, me siento más vivo que nunca y estoy enamorado, ella es preciosa, tan solo al verla me tiembla todo el cuerpo, aunque… bueno ella pronto sabrá que el destino ha escrito que su amor me pertenezca como el mío a ella.

– Decía para sí Leonardo, todas las mañanas al despuntar el alba, muy entusiasmado, lleno de confianza y fe, y con gran necesidad de creer, de tener un aliciente para continuar su vida, porque cuán grande es para el hombre tener esperanzas, creer en algo, confiar en alguien, saber que después del fracaso siempre existirá una oportunidad, estar completamente seguros de que el sol siempre sale para todos.

- ¿Selene, irás al colegio mañana? ¿Paso por ti? – preguntó Gerardo muy cariñosamente, como todas las tardes después de varios minutos de larga charla, mientras ambos caminaban a casa al regreso de la escuela.

Ahora entiendo por qué la gente dice que las apariencias engañan.
Todos suponían que Gerardo estaba enamorado de Selene, era de imaginarse, ellos crecieron juntos, estuvieron unidos por lazos muy fuertes desde pequeños, sus familias eran dos de las más importantes y apreciadas en todo el lugar, la gente aseguraba que tarde o temprano, terminarían por andar de novios, y cómo no desear una relación afectiva con tan bella mujer, porque Selene además de ser la más bella y popular de toda la universidad de Valle Ermita, también era muy inteligente y sin duda alguna le esperaba un gran futuro.

Todos en Valle Ermita conocían el gran cariño y aprecio que Gerardo sentía por Selene y la gente lo veía con buenos ojos, puesto que Gerardo era un joven gallardo, apuesto, inteligente y de buenos sentimientos, con gran educación en valores, económicamente decorosa y con alto sentido de la responsabilidad y del trabajo, no existía nada que pudiera hacer que esa relación no fructificara, y eso, eso a Leonardo le carcomía hasta los huesos.

Valle Ermita es un lugar pequeño, con tan solo unos cuantos miles de habitantes aproximadamente, alejado de la ciudad, del ruido, el tráfico y el estrés que caracterizan a las grandes ciudades, un pequeño poblado rodeado por zonas boscosas y un hermoso lago, lugar donde los árboles crecen altos y frondosos pero donde también la hierba es abundante y verde.
Se trata de un sitio plano, con algunas rocas solamente, obviamente sin montañas cerca, por las mañanas hay mucha niebla que solo permite ver ligeramente los árboles muy juntos, que cercan el lugar.

El clima en Valle Ermita no es muy cálido, aunque tampoco es frío, el cielo generalmente es tapado por las nubes, y repito, casi no hay ruido porque al ser un lugar con bajo número de habitantes, existen pocos negocios, almacenes y automóviles, por las mañanas y por las tardes el lugar se inunda del canto de zorzales, y el abanicar de las ramas de los árboles.
Las casas, en su mayoría son de concreto y madera, madera que le da un olor exquisito al lugar cada que sopla el viento.


- Cuidado con las piedras, de ese lado del lago el agua es poco profunda podrías salir lastimado, – me dijo Selene cuando me habló por primera vez, aquella tarde soleada, de las pocas tardes en las que en Valle Ermita los rayos del sol logran atravesar las nubes que cubren el lugar, ocasión que se aprovecha por los lugareños para refrescarse en el lago y retozar con los amigos. Cómo olvidar aquella tarde, teníamos trece años y desde entonces he soñado con decirle lo inmensamente enamorado que estoy de ella.

Valle Ermita, 27 de enero de 2003.

- Cada vez me siento más enamorado de Selene puesto que a pesar de ser una joven de buena posición económica, se caracteriza por su humildad, la nobleza de su ser, su buen sentido del humor y el trato respetable que tiene para con todas las personas de Valle Ermita – agregó Leonardo a sus memorias.

Leonardo creció enamorado de Selene y aunque en silencio, siempre la amó desde el principio. La historia de amor entre Selene y Leonardo simplemente comenzó a escribirse desde aquella tarde en el lago cuando ella dirigió unas palabras a Leonardo, él quedó sorprendido por su belleza y por su sencillez, sin embargo, Selene no veía a Leonardo con otros ojos más que los de una gran amiga, y dicha situación a Leonardo le causaba mucho dolor porque a pesar de todo sentía que lograría ganarse el amor de Selene.


- Lo importante es ser paciente, cuando ella se acerque a mí, tengo que mantener la calma, no debo ser tan obvio, no puede darse cuenta de lo que siento hacia ella, moriría de pena si descubriera mis verdaderos sentimientos – decía Leonardo convencido que aun no era el momento que declarara su amor a Selene.

Silvia Valencia de Terreros, madre de Selene, una mujer fuerte de carácter, noble de sentimientos, humilde, y una gran luchadora por sacar a su familia adelante a lado de don Alejandro Terreros su esposo, ambos compartían la gran ilusión de ver casadas y felices algún día a sus dos hijas, Selene y Melisa.

Don Alejandro, un hombre muy recto, honesto y trabajador, orgulloso de su familia, firme de convicciones y decidido a ser siempre el ejemplo de sus hijas, era muy apreciado en todo Valle Ermita, no existía persona alguna que no conociera de la calidad humana de don Alejandro y de su preocupación por su familia, trabajaba como agente aduanal y era dueño de varios negocios en Valle Ermita, una serie de tiendas de artículos para la caza, ya que muchos de los habitantes del lugar tenían como su principal pasa tiempo, la cacería.

Habían pasado ya casi tres años desde que Melisa, la hermana mayor de Selene se había ido de Valle Ermita para continuar con sus estudios en la Universidad de Villa España, como alumna de intercambio, ella, a diferencia de Selene, se caracterizó siempre por ser una joven caprichosa, orgullosa y soberbia, que disfrutando de la posición económica en la que se encontraba su familia, gustaba de sentirse superior a los demás. En el fondo, Melisa no era mala pero su posición le había creado ese sentimiento ante los demás, a pesar de que sus padres se habían esforzado siempre por educarla de la mejor manera, humilde y servicial.

Finalmente se llegaba ya el momento en el que Melisa tendría que regresar a su casa, después de tres años de estudiar una especialidad en leyes, pues soñaba con ser una destacada abogada y así enaltecer aun más el nombre y apellido de sus padres.

El tiempo que Melisa había pasado en Villa España, la habían hecho madurar y crecer como persona, se había vuelto toda una mujer que al igual que Selene, era sumamente hermosa, deseaba regresar a su casa con su familia, extrañaba a sus amistades, la convivencia en Valle Ermita, a sus padres y abuelos, pero sobre todo moría por volver a ver a Gerardo, después de tanto tiempo seguía pensando en él, ya que desde pequeños Selene, Melisa y Gerardo fueron muy unidos y al pasar de los años eso nunca cambió.


Leonardo era un joven apuesto, con un brillante futuro y un sentido del humor agradable, estaba plenamente enamorado de Selene y seguía celosamente sus pasos, conocía sus movimientos, sus gustos, pasatiempos y sus lugares favoritos, se mantenía cerca de ella y lo hacía a través de Gerardo, su primo, quien se encargaba de contarle todo sobre ella.

Valle Ermita, 04 de febrero de 2003.

- Pronto todo Valle Ermita estará de fiesta, ya que la familia de Selene organizará una gran recepción para dar la bienvenida a Melisa, hermana de Selene, quien hace tres años partió para Villa España con el propósito de continuar sus estudios superiores, y yo debo asistir para estar cerca de Selene – acotó Leonardo como cada noche lo hacía al escribir en su cuaderno de memorias.

Cuando llegó el día en que Melisa regresó a casa, para recibirla, su familia organizó una gran fiesta de bienvenida, todas las familias más allegadas estuvieron presentes, sus amigos más próximos con ansias la esperaban, entre ellos Leonardo y Gerardo, el primero por estar cerca de Selene, y el segundo, Gerardo, porque al igual que Melisa, sentía un cariño especial y esperaba volver a verla, para demostrarle su afecto.

Con el regreso de Melisa a Valle Ermita, muchas cosas cambiaron ya que ella había dejado de ser la joven estudiante para convertirse en una mujer muy hermosa, y eso a Gerardo lo había dejado impactado, el cambio físico de Melisa en verdad era positivo, si antes de su partida Gerardo se había sentido atraído por la belleza de Melisa, ahora ese sentimiento se había agudizado a gran medida.

Y de ese modo, Gerardo no perdía oportunidad alguna para permanecer cerca de Melisa, era muy servicial para con ella, de inmediato buscaba iniciar las conversaciones, sobre todo cuestionaba mucho a Melisa sobre cómo le había ido durante esos tres años fuera de su casa, la universidad, los amigos, las fiestas, y desde luego que deseaba saber si Melisa había dejado a algún novio o pretendiente en Villa España, ya que sus intenciones iban más allá de simplemente querer tenerla como una gran amiga.

Valle Ermita, 17 de febrero de 2003.

- El hecho de que Gerardo ahora decidiera pasar más tiempo con Melisa, causaba confusión en la mente de Selene, ya que días antes y durante mucho tiempo, toda la atención de Gerardo era para ella, eso la hizo pasar muchas horas de larga soledad en su habitación, pensando, si sentirse de ese modo, significaba algo realmente, si eran celos lo que estaba experimentando y en realidad ella estaba enamorada de Gerardo, pero a pesar de pensar tanto en ello y en diferentes posibilidades, no lograba poner en orden sus ideas, no podía definir con exactitud qué era lo que le ocurría, o al menos esa es la impresión que me ha dado y que he observado en ella desde hace varios días – escribió Leonardo.

Y a partir de ese momento, Selene comenzó a tener más tiempo para sí, y cierta tarde de viernes cuando caminaba por las orillas del lago, se encontró con Leonardo, sonrió y se detuvo a saludarlo cuestionando la razón por la cual él se encontraba en aquel lugar solo sentado sobre una piedra, a lo que Leonardo le respondió que no existía tarde de viernes en que él no acudiera al lago para pasar unos momentos de grata soledad y reflexión, que le permitían pensar sobre muchas cosas de su vida pero que sobre todo lo hacía para recordar.

- ¿Recordar?, ¿Recordar qué? – preguntó Selene muy intrigada sobre aquellas palabras de Leonardo. - ¿Qué tendría que recordar alguien como tú? – insistió Selene.

- Todas las personas muchas veces necesitamos estar solos, a veces por sentirnos tristes, en ocasiones por estar preocupados, y otras más por ser afortunados – respondió Leonardo, mientras despertaba aun más dudas en Selene.

- ¿Afortunados?, Quizá tengas razón pero, no logró descifrar esas palabras que me dices – increpó Selene más confundida que al inicio de su charla con Leonardo.
- En definitiva estoy de acuerdo contigo en que la soledad no siempre es mala, muchas veces es necesaria incluso, estar solos nos permite pensar siempre, reflexionar sobre lo que hemos hecho en nuestras vidas y hacer un balance de nuestras acciones y logros, también nos ayuda a pensar con mayor claridad cuando alguna preocupación nos invade pero, ¿aislarnos de los demás, cuando nos sentimos afortunados?, eso no lo entiendo Leonardo – abundó con un tono de duda.
- Mira eso es algo que quizá no podría explicarte, pero te diré que yo todos los viernes por las tardes, desde hace muchos años, vengo a este lago, me siento justo en esta piedra para dar gracias a Dios por ser una persona afortunada, por tener una familia que me quiere y a la cual quiero mucho, pero sobre todo por tener amor- dijo Leonardo, - ¿amor? Interrumpió Selene, - sí, amor – agregó Leonardo.
- Soy afortunado por amar inmensamente a un ser maravilloso, por sentirme atraído por una mujer bella por dentro y por fuera, por estar plenamente convencido que ella es el amor de mi vida, razón que me da las fuerzas necesarias para luchar con la intención de cumplir mis metas, conseguir mis ideales, por amar a una mujer con la fuerza necesaria que me haga sentir el hombre más feliz sobre la tierra, ya que el amor que siento por ella, es suficiente por los dos, - expresó Leonardo con una seguridad de lo que sus palabras significaban y Selene escuchaba atentamente mientras sus ojos le brillaron intensamente como nunca antes, su piel se estremeció y las palabras de Leonardo la dejaron totalmente perpleja.

- ¡Qué hermosas frases has dicho Leonardo y qué afortunada debe sentirse la mujer que despierta todos esos sentimientos en ti!, eres un hombre muy especial, inteligente y muy bello por dentro, jamás imaginé que alguien como tú pensara de tal modo, y debo confesarte algo, por primera vez en mi vida me ha quedado claro algo, nada me haría más feliz en la vida que alguien me amara con la intensidad que tu amas a tu pareja, de verdad que sería igual de afortunada que ella, pero dime, ¿quién es ella?, ¿la conozco? – cuestionó Selene.

- No, no la conoces – respondió Leonardo, algo nervioso y lleno de ansiedad y duda a la vez que pensaba – “Selene, mi amor, mi único y verdadero amor, si supieras que desde siempre te he amado y que me encuentro profundamente enamorado de ti desde el primer momento”- ella no es de aquí de Valle Ermita – agregó Leonardo.
Valle Ermita, 28 de febrero de 2003.

- No sé qué está ocurriendo en la mente de Selene, pero estoy seguro que entre nosotros está creciendo un sentimiento más fuerte que la amistad, percibo en ella una sensación de aceptación hacia mi persona, solo espero no estar equivocado, no soportaría que lo que pienso fuera solo producto de mi imaginación – con mucha ilusión y grandes esperanzas de conquistar el amor de Selene, argumentó Leonardo.

Selene empezó a ver a Leonardo con otros ojos, lo veía todos los viernes en el lago y le hacía compañía unos momentos pues disfrutaba enormemente de su plática y su compañía, aquel sentimiento que la hacía dudar sobre su relación amistosa con Gerardo ya no la atormentaba tanto, pero no podía evitar seguir sintiéndose sola, ya que él se había concentrado en cortejar a Melisa su hermana.

A pesar de que creciera su amistad con Leonardo, Selene no podía evitar estar confundida ya que eran tantos años de convivir a lado de Gerardo, tanto tiempo de tener su compañía, tan grande la amistad entre sus familias y tantos los comentarios que la misma gente se había encargado de difundir sobre ellos, que en el fondo, Selene se sentía extraña y pensaba que de alguna forma, su destino estaba escrito, y su futuro era al lado de Gerardo.

Por otra parte, Selene ignoraba lo que Gerardo estaba sintiendo por Melisa, la amistad entre ellos había pasado de ser una relación simplemente de respeto mutuo a una relación mucho más cariñosa, llena de confianza y de confidencialidad. Melisa se empezaba a enamorar de Gerardo como él se enamoraba de ella.
Ambos deseaban ya estar juntos la mayor parte del tiempo, cuidarse entre sí, uno se sentía mejor siempre en presencia del otro, ambos se necesitaban y no perdían oportunidad para compartir sus ratos libres uno con el otro.

Selene jamás imaginó que todo aquello estuviera pasando entre su hermana y amigo, aunque en el fondo algo suponía, Gerardo ya no pasaba tanto tiempo con ella como antes. Selene se preguntaba qué era lo que estaba ocurriendo dentro de sí, por un lado le resultaba difícil creer que Gerardo ya no estuviera con ella, por otra parte, dudaba de aquel sentimiento que Leonardo había despertado en ella, disfrutaba de su compañía, su plática, su forma de ser, y sobre todo muchas de las actitudes de Leonardo coincidían con ella, pues eran dos personas parecidas, o al menos coincidía su manera de pensar muchas veces.

- Algo me ocurre cuando estoy contigo, siento una sensación muy hermosa, disfruto de tu compañía, eres un ser muy especial – dijo Selene a Leonardo.
- Si supieras que yo estoy profundamente enamorado de ti, que desde que te conocí, no hay momento en que no piense en ti, que tu mirada, tu sonrisa y un par de palabras son suficientes para que me hagas feliz – pensó Leonardo, la miró fijamente y solo respondió: - gracias por tus palabras, también te aprecio mucho y me agrada estar contigo-

Valle Ermita, 8 de marzo de 2003.

El tiempo sigue su curso y los días en la universidad están próximos a llegar a su fin, sé perfectamente que si pretendo que Selene me tome en cuenta de manera definitiva, algo tengo que hacer y pronto, pues al terminar la universidad ella planea irse de Valle Ermita porque tiene ya, varias propuestas de trabajo – pensó y escribió una vez más Leonardo.

Cuando todo en Valle Ermita parecía estar bien, la temporada escolar se aproximaba a su cierre, Melisa y Gerardo sentían un cariño mutuo y Leonardo sabía que como nunca antes, en esta ocasión tenía grandes posibilidades de que Selene se fijara en él, ocurrió algo inesperado, Selene llegaba de la universidad una tarde a su casa, se aproximó al balcón de su recámara, y se percató de que en el jardín se encontraba Gerardo, lo miró fijamente y cuando se disponía a llamarlo, su hermana Melisa salió de entre los pequeños arbustos del jardín corrió hacia Gerardo, lo abrazó y besó cariñosamente, al ver aquella escena, de momento significó un golpe muy grande para Selene, entonces entró en un estado de confusión y preocupación que no le permitieron pensar de manera serena sobre lo ocurrido, ella sintió que el mundo entero se volcaba en su contra y sin que nadie pudiera darse cuenta, corrió del balcón de su habitación hacia las escaleras con la vista nublada por las lágrimas que empezaba a derramar, cada vez más confundida de lo que sus ojos habían visto y cuando al fin llegó a las escaleras y comenzaba a descender a gran velocidad, as fuerzas la abandonaron haciéndola caer y rodar por ellas.


Minutos más tarde, fueron precisamente Gerardo y Melisa quienes al entrar a la casa observaron a Selene que se encontraba inconsciente en el suelo, de inmediato avisaron a sus padres y pidieron asistencia médica.

Horas después, ya todos en el hospital esperaban noticias sobre el estado de salud de Selene, y ante toda esa preocupación, se preguntaban qué pudo haberle ocurrido para que rodara de tal modo por las escaleras, cuáles pudieron ser los motivos por los que Selene perdiera el equilibrio en aquellas escaleras.

- Ella siempre ha sido una persona muy fuerte, no pudo haberse mareado, es una joven muy sana, quizá tropezó y rodó, no pudo ocurrir otra cosa – decía con desesperación su padre ante todos los presentes que observaban la escena de incertidumbre por la duda de la delicadeza de la salud de Selene.

- Por otra parte, pudo haber resbalado ya que los pisos están recién pulidos – argumentó la madre de Selene, quién días antes había contratado a un grupo de personas especializadas en el mantenimiento y cuidado de los pisos.

Gerardo y Melisa, a pesar de decir nada, se miraban y parecían estar en la misma sintonía ya que ambos suponían y pensaban para sí, que seguramente el accidente de Selene estaba relacionado con ellos, tanto Gerardo como Melisa imaginaban que Selene pudo haberlos visto juntos en el jardín, sin embargo no creían que ese era el mejor momento para hacer cualquier comentario y prefirieron esperar a tener noticias sobre la salud de Selene, además ambos consideraban que si con alguien tenían que hablar al respecto tenía que ser con la propia Selene.

Valle Ermita, 9 de marzo de 2003.

Transcurrieron las horas y las únicas noticias que se tienen sobre Selene son que se encuentra delicada y que los golpes sufridos por la caída habían dañado ligeramente su columna vertebral, que poco a poco ella iría reaccionando hasta recuperar el conocimiento ya que se encontraba sedada y había recibido el suministro de varios medicamentos que la hacían permanecer dormida.

Los médicos indicaron que lo más prudente era dejarla descansar por lo que durante esa noche solamente sus padres pudieron entrar a su cuarto a verla. Selene pasó la noche tranquila aunque algo adolorida.

A la mañana siguiente muy temprano los familiares y amigos de Selene habían llegado a visitarla y a preguntar por su salud, los médicos aclararon que ella se encontraba en plena recuperación y que ya empezaba a reaccionar de la anestesia y los medicamentos que se le habían suministrado pero que aun tenía que permanecer en el hospital para la realización de unos estudios debido a que por la caída Selene había perdido la movilidad de las piernas, que no aparentaba ser un problema grave, pero lo mejor sería descartar cualquier duda al respecto.

A partir de ese día Selene comenzó a recibir la visita de sus amigos, incluyendo a Leonardo, a quien desde el primer momento de verlo sintió una gran alegría y paz interior:

- Necesitaba verte, desde que me trajeron aquí, eres la persona en quien más he pensado y aun no logro saber por qué – dijo Selene muy tiernamente a Leonardo.
- Me alegra que hayas venido a verme, tengo tantas cosas qué contarte que si no venías, te mandaba buscar – agregó.
- Cuando supe lo que te había ocurrido, me preocupé tanto que lo único que pensaba era estar a tu lado, algo muy dentro de mí me decía que me necesitabas, y veo que no me equivoqué, pero, primero dime, ¿qué fue lo que te ocurrió?, ¿cómo sucedió el accidente?, muchos allá afuera en la sala de espera, comentan que quizá resbalaste por las condiciones del piso resbaladizo, pero, yo pienso que hay algo más que eso, por favor dime – preguntó Leonardo muy interesado en disipar todas aquellas dudas que invadían su pensamiento.
- Te equivocas Leonardo, simplemente bajaba las escaleras cuando sin fijarme, perdí la vertical, resbalé y rodé, de lo demás no recuerdo nada, solo que desperté y ya me encontraba en este lugar – exclamó Selene.
- No lo sé Selene, es que se me hace muy extraña la forma en que ocurrió todo – contestó Leonardo.
- Por extraño que parezca Leonardo, no hay nada más que eso – agregó Selene.

Los médicos entraron a la habitación donde se encontraba Selene y pidieron a Leonardo que se retirara para que ella pudiera descansar:
- Ha sido un día muy difícil y la paciente tiene que dormir para recuperar fuerzas – dijo el médico.

Al día siguiente Gerardo y Melisa visitaron a Selene, Melisa sintió una gran tristeza de ver a su hermana en aquella cama de hospital, con la mirada baja y el semblante mal trecho:

- Perdónanos por favor, nunca debimos ocultarte lo que ocurría entre nosotros – dijo Melisa acercándose a Selene y tomándola de a mano.
- Sí, perdónanos por favor, sabemos que nos viste en el jardín aquella tarde del accidente, estamos seguros que eso te causó una gran impresión y en cierta forma nos sentimos culpables de lo que te ocurrió – agregó Gerardo.
- Nada tengo que perdonarles, antes ustedes deben disculparme, tienen derecho a ser felices juntos, el error ha sido solamente mío que no supe darme cuenta que el amor de Gerardo te pertenecía y confundí las cosas siempre, quizá porque creí que al final ese cariño que nos tenemos podía llegar a ser otra cosa – expresó Selene.
- Selene, yo te quiero y te querré siempre, pero como a una hermana, de quien estoy enamorado realmente es de Melisa – concluyó Gerardo.

Las cosas entre ellos habían quedado claras, Selene sentía un gran dolor en el pecho, pero también le había extrañado que después de haber hablado con Leonardo y haber aclarado las cosas con Gerardo y Melisa, lejos de entristecerla, le había dado tranquilidad, y por el contrario, una vez más, Leonardo se hacía presente en su mente a cada instante.
- No cabe duda de que Leonardo es un verdadero amigo, es una persona muy noble y de buenos sentimientos, me ha demostrado siempre que es alguien en quien podré confiar y con quien podré contar cada que lo necesite – pensó Selene ya sola en su habitación en el hospital.

Valle Ermita, 13 de marzo de 2003.

- Pienso visitar todos los días a Selene, no puedo estar sin ella, el no verla en la escuela me tortura, y el simple hecho de que ella se encuentra hospitalizada sin poder levantarse me puede mucho en el alma, es momento de ayudarla a recuperarse, eso es lo que más anhelo en esta vida verla feliz – escribió Leonardo en sus memorias de nueva cuenta.

Selene recibió nuevamente la visita de Leonardo y éste al llegar, la encontró dormida, entonces le dejó una rosa cerca de la cama, la contempló unos instantes y se retiró.
Al despertar Selene vio la rosa en su cama a un lado suyo y pensó que alguien del personal del hospital se la había dejado.

Al día siguiente regresó Leonardo y sostuvo una larga plática con Selene, ella le contó lo que había sucedido el día que cayó por las escaleras, le confesó que había descubierto a Gerardo y Melisa juntos y eso le había provocado una fuerte impresión y que aturdida buscaba salir de la casa, pero las fuerzas la abandonaron haciéndola caer y perder el conocimiento.

Leonardo pensó con frustración que Selene jamás se fijaría en él y que estaba enamorada de Gerardo, sin embargo se mostró tranquilo y solo le dio ánimos a Selene y le recordó que lo más importante en esos momentos era su recuperación, que con muchos deseos y esfuerzos en las terapias, pronto recuperaría la movilidad que sus piernas habían perdido.

Así pasaron los días y las semanas y las visitas de Leonardo al hospital no cesaron, Leonardo no dejó de visitar a Selene un solo día y en todas esas visitas le dejaba una rosa, algunos días la encontraba dormida, la contemplaba y antes de retirarse le dejaba la flor sobre su cama, cuando llegaba y ella estaba despierta, charlaban largo rato, reían incansablemente y disfrutaban la compañía uno del otro, Leonardo esperaba a que ella durmiera y antes de retirarse le dejaba la rosa, sin embargo Selene imaginaba que alguien del hospital le regalaba aquella rosa.

Así lo comentó en cierta ocasión a Leonardo:
- Leonardo, creo que en este hospital tengo un admirador, todos los días alguien me deja una rosa en mi cama y he notado que hay algunos enfermeros que me sonríen al pasar, eso me tiene algo desconcertada y apenada, me gustaría saber quién es la persona que se toma la molestia de tener ese tipo de detalles conmigo – comentó Selene.

Leonardo pensó para sí -“como quisiera decirte que la persona que siempre te deja esa rosa, y quien ha estado enamorado de ti desde el momento en que te conoció, soy yo Selene”-.
Sin embargo Leonardo solamente escuchó todo lo que Selene le contaba, y prefería guardar silencio, estaba convencido que si le decía la verdad sobre sus sentimientos a Selene y ella no le correspondía, las cosas ya no serían iguales, que cambiaría todo entre ellos e incluso podría perder hasta su amistad, algo que Leonardo no estaba dispuesto a aceptar, prefería callar y tenerla siempre cerca aunque fueran solamente amigos, aunque ella nunca se enterara de lo que él sentía.

Valle Ermita, 2 de abril de 2003.

- Hoy saldrá Selene del hospital, su recuperación se ha dado de manera muy rápida, aunque aun no logra caminar como antes lo hacía, pronto lo conseguirá, lo importante ahora es que ya se pone de pie y con la ayuda de unos aparatos especiales puede valerse por sí misma, eso me llena de alegría, sé que en poco tiempo su vida será la misma de antes. – Feliz Leonardo culminaba su escritura por enésima ocasión, ya que finalmente Selene volvería a sus actividades de siempre y sobre todo porque lo que más deseaba era la felicidad de Selene aun cuando no estuviera a su lado.

Después de que Selene fue dada de alta del hospital, regresó a su casa muy contenta pues ya no soportaba más tiempo en aquel lugar, deseaba volver a su habitación, pasearse por su jardín, ver a su nana y al personal que trabajaba en su casa, pero sobre todo moría por volver a probar la comida casera que su madre preparaba. Por otra parte, necesitaba estar en la soledad de su recámara para pensar en ese sentimiento tan hermoso que Leonardo había despertado en ella, se encontraba más confundida que antes y solo buscaba definir el origen y significado de ese sentimiento.

- Mientras más tiempo paso con él, más me agrada, y cuando él se despide, siento que las horas pasan lentamente y se me hacen muy aburridas – decía para sí misma Selene.
- ¿Qué será lo que me está ocurriendo?, ¿Será que me estoy enamorando de él?, no puede ser posible, yo a quien quiero es a Gerardo, o ¿Quizá me habré acostumbrado simplemente a estar tanto tiempo con él que confundí mis sentimientos? – se preguntaba Selene cada vez con mayor angustia y menos claridad sobre su sentir.

- ¿Se puede? – preguntó Gerardo a Selene.
- Adelante, la puerta no tiene seguro – respondió Selene.
- ¡Bienvenida nuevamente a tu casa con todos los que te queremos! Nos da gusto tenerte de nuevo entre nosotros y que te estés recuperando – expresó Gerardo.
- ¡Gracias por tus palabras! – contestó Selene.
- ¿Alguna vez has sentido un gran cariño por alguien y crees estar enamorado de esa persona, pero de pronto repentinamente las cosas cambian y te das cuenta que solamente te has acostumbrado a ella? – cuestionó a Gerardo con voz muy serena y pensativa.
- Selene yo, de verdad lamento no poder corresponderte, nunca fue mi intención hacerte daño y mucho menos pensé que pudieras confundir las cosas, mi cariño por ti es sincero pero siempre te he querido como a una hermana – respondió Gerardo.
- No Gerardo, no confundas las cosas, me ha quedado claro que de quien estás enamorado es de Melisa, y no pienso hacer nada para cambiar esa situación, te hice esa pregunta porque después de todo lo que ha pasado he tenido mucho tiempo para pensar y ahora más que nunca estoy segura que lo que sentía por ti, era simplemente un gran cariño y me había acostumbrado a la idea de que pudiéramos estar juntos algún día, tal y como la misma gente lo comentó siempre, pero mis verdaderos sentimientos son otros, creo estar enamorada de alguien más – agregó Selene con gran ilusión en la mirada.
- No imaginas el gusto que me da escuchar esas palabras, de cierto modo oírte decir esas cosas Selene, me llena de tranquilidad, me hace feliz saber que puedas sentir eso por alguien más, pero sobre todo porque te mereces la felicidad, porque mereces estar con alguien que te quiera, te valore, te respete y te haga soñar como yo lo hago, lo que más deseo en esta vida es que seas muy, muy feliz – dijo Gerardo y dio un fuerte abrazo a Selene, despidiéndose de ella.
- No cabe duda, ya no tengo nada qué pensar, ahora más que siempre estoy segura que después de hablar con Gerardo me siento liberada, sí, ahora sé que lo que sentía por él era solamente un gran cariño y respeto, y no tengo la menor duda de que de quien realmente estoy enamorada es de… sí de él, tengo que decírselo pronto – expresó Selene en la soledad de su recámara.

Valle Ermita, 13 de abril de 2010.

Después de haber escuchado a Selene decirme que el motivo de su accidente fue la impresión de ver a su hermana junto a Gerardo, me ha tranquilizado, por supuesto que me duele, no puedo ocultarlo, pero de esta manera ya no tengo duda que ella está enamorada de él, nunca se fijará en mí, y por si fuera poco, ella aun ignora que siempre he sido yo quien ha estado a su lado, el mismo que durante toda su estancia en el hospital, le dejaba una rosa y por el contrario, se emociona al pensar que alguien más lo hacía, ha llegado la hora de decir adiós. – finalizó Leonardo su escritura esa noche.

En ese momento Leonardo decidió escribir una carta dirigida a Selene donde le hacía saber cuánto la quería, que desde siempre estuvo enamorado de ella pero que jamás se atrevió a confesárselo debido a que ella siempre le hizo saber que quería a Gerardo, pero que su más grande deseo era que ella fuera feliz.

“Selene, mi dulce Selene, celebro hoy más que siempre la gran alegría que invade tu alma porque nuevamente has regresado a tu hogar con la gente que te quiere, has sabido siempre que el motivo más grande de mi vida era verte feliz, apoyarte y estar a tu lado cada que me necesitaras, ahora, ha llegado el momento de despedirme, mi misión, podría decir, que ha terminado, tú pronto te recuperarás completamente y no me necesitarás más, y por mi parte, he decidido marcharme, me han ofrecido trabajar lejos de aquí y acepté tal oferta, tú has sido, eres y serás el amor más grande que nunca pensé tener, pero tu felicidad no es conmigo, perdóname por marcharme de esta manera y no dar la cara, pero no tendría el valor de mirarte a los ojos una vez más, esté donde esté quiero que tengas presente que siempre estaré pendiente de ti, quiero que seas feliz aunque no sea conmigo. No te digo adiós sino hasta pronto porque estoy seguro que algún día nuestros caminos volverán a cruzarse”.

Besos, con cariño… Leonardo.


Selene recibió la carta al día siguiente acompañada de una rosa, al leerla rompió en llanto y más al darse cuenta de que la rosa era exactamente igual a todas las que había recibido siempre, en ese momento pensó en cómo había sido tan ciega para no darse cuenta de que Leonardo había estado enamorado de ella todo el tiempo y que era precisamente él quien había estado al pendiente de ella siempre, ahora entendía muchas cosas.

Como era de esperarse, Selene no estaba dispuesta a dejar escapar al hombre que amaba, así que decidió salir tras él, sabía que el autobús partía al medio día y que era el único que salía de Valle Ermita todos los días, ya era casi el medio día y tenía el tiempo justo para llegar y detener a Leonardo. Selene salió de inmediato rumbo a la terminal camionera y al arribar a ella, corrió hacia la sala de abordar, su sorpresa fue que al llegar notó que el autobús se encontraba saliendo ya, y nada pudo hacer para impedir que Leonardo partiera. Selene lloró inconsolablemente, cuando de pronto alguien la tocó en el hombro y le dijo:

- Lo intenté pero, no tuve las fuerzas necesarias, me fue imposible irme sin despedirme, tenía que decirte lo mucho que te amo y que no podría estar sin ti - Leonardo dijo a Selene, la tomó entre sus brazos y ambos se fundieron en un hermoso beso, sellando así, su gran amor.

FIN

"Continuar sin ti"

Canción
Letra y música: David Correa (3° "F")
Edición: Profr. Noé R. Ramírez Buenfil.


Estoy esperándote en un rincón vacío,
en esta soledad que no parece acabar.
Necesito verte para saber si viviré,
si viviré.

Cada momento se vuelve eterno,
cuando no puedo tenerte aquí,
siento que mi vida se va muy lejos de mí,
y no sé cómo hacerla volver.

Hay tantas cosas que quiero poder hacer, poder decir...
Y no quiero decir que estoy viviendo sin ti, que estoy aquí,
y aunque pase de todo no miraré atrás, nunca más,
y no quiero olvidar todo lo que viví junto a ti.
Y aunque es triste mi realidad,
tendré que continuar sin ti.

Yo no sé qué hacer, yo no sé qué decir,
ya no puedo pensar, ya no puedo hablar.
Yo quisiera morir si no te tengo a ti.
Quisiera perder todo de ti.

Sacarte por completo de mí,
vivir un día sin tener que sufrir por ti.